Practicar la Serenidad en el día a día.

Salimos a la vida cada día, apurados o angustiados por todo lo que debemos hacer, lograr o conseguir, sin detenernos a pensar por unos minutos en el desgaste tan grande que sufrimos al vivir de esta manera. Soñamos con el momento en que podamos tener una vida más tranquila sin comprender que depende en gran medida de un cambio de actitud y comportamiento por parte de nosotros.

La serenidad se ha convertido casi en un lujo que pareciera reservado para los grandes maestros espirituales, o para experimentar solo en lugares sagrados o muy alejados de nuestras ciudades.

Es muy importante aprender a cultivar la serenidad, porque solo en su presencia podemos reconocer y disfrutar las cosas buenas y bonitas de la vida.

Varias veces se ha hablado sobre la necesidad que tenemos los seres humanos de florecer ahí donde nos encontramos; esto significa poder establecer contacto con nuestras mejores características, talentos y cualidades de manera que podamos proyectarnos a través de estos hacia los demás. La serenidad es una de las emociones positivas que más nos impulsa a conseguirlo.

La serenidad es una emoción tranquila, que experimentamos, por ejemplo, cuando salimos a caminar para disfrutar del entorno natural, cuando podemos descansar en casa después una jornada larga de trabajo, cuando nos sentimos en compañía de personas queridas, cuando realizamos un acto de solidaridad, cuando escuchamos nuestra música preferida, cuando nos sentimos a gusto con quienes somos y con lo que hacemos… La serenidad hace que queramos seguir donde estamos, que podamos disfrutar de ese momento y que deseemos incorporarlo a nuestra vida cotidiana.

Una buena clave para reconocer esos momentos especiales puede ser cuando nos decimos: «Deberíamos hacer esto más a menudo», porque probablemente lo que estemos experimentamos sea, justamente, serenidad.

Algunas claves para estar más serenos
Practicar ejercicio. Cada día hay más evidencia del beneficio que produce el ejercicio en nuestra salud física y mental. Caminar al menos 40 minutos a diario con la mente libre de las preocupaciones cotidianas, puede aumentar nuestros niveles de endorfinas y, así, mejorar nuestro estado de ánimo.

Vivir conscientemente. Esto consiste en poner nuestra atención en cada cosa que hacemos. La mayor parte del tiempo corremos de una actividad a otra… Pero si atendiéramos a una cosa a la vez, seríamos más productivos y estaríamos más tranquilos.

Practicar la relajación. Aprender a concentrarnos en nuestra respiración o repetir una oración o frase positiva, puede desconectarnos de lo que nos inquieta, para conectarnos con la esencia y la tranquilidad.

10 de marzo, 2013, STAMPAS

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Una respuesta a Practicar la Serenidad en el día a día.

  1. santiago parra aniorte dijo:

    Me ha gustado mucho. Lo leeré de vez en cuando. Santiago

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